Les presento al Piojo. Un perro de talla chica, pata flaca y origen dudoso. De melena sin rumbo y mordida prognática.
Tiene la habilidad de brincar muy alto sin necesidad de tomar vuelo y se siente el dueño de la calle cada vez que se asoma por la pequeña ranura de la ventana abierta para olfatear y ladrarle a todos los perros que pasean frente a él. Es celoso, aguerrido y también querendón.
Así como hay dos caras a una moneda o existen dos versiones de una misma historia, de la misma manera, El Piojo tiene dos personalidades: Una débil que lo paraliza de miedo y lo hace temblar sin control cada vez que llueve y truena el cielo y otra valiente donde le sale su instinto cazador.
Hace unos días, cerca de la medianoche tuve el infortunio de un encuentro indeseable. Haciendo caso al aviso del perro que mantenía su atención dirigida hacia la cabecera de mi cama, movimos el colchón y de atrás salió, para mi terrible sorpresa, una enorme rata. ¡Ayyyyyy! ¡Ayyyy! -no pude evitar gritar. En medio de la confusión, la rata corrió al pasillo logrando esconderse debajo de un baúl. Enrique con escoba en mano hacía intentos por atrapar a la rata gorda y yo, arriba de un banco miraba aterrada la escena desde lejos. Mientras Enrique trataba de alcanzar a la rata, el Piojo ahí a su lado aguardaba al acecho. La rata logró escaparse de nuevo, pero esta vez, el Piojo la esperaba y en un santiamén la agarró y zarandeó con su hocico apretado, pero la rata en el afán de escaparse de nuevo logró morder al Piojo y correr tomando camino por las escaleras hacia la planta baja. Es un hecho que el Piojo actuaba por instinto natural, sin embargo, pareciera que había percibido nuestra incapacidad de lidiar con semejante problema, asi como, el miedo que me tenía paralizada arriba de un banco porque junto con Pippa, nuestra Goldendoodle, se hicieron cargo. Bajaron volados tras la rata, la fueron acorralando hasta que el Piojo encontró el momento para encargarse de darle la estocada final dando así fin a nuestra pesadilla de medianoche.
…Y hablando de dos personalidades y dos caras de una moneda, es la primera vez que se me ocurre dividir mi pollo orgánico para prepararlo de dos maneras distintas. Una excelente idea cuando se cocina para 2 personas. Les comparto una receta para pollo a la mostaza y una para pollo al perejil con papitas. Ambas ricas y fáciles de preparar. Para cada receta se utiliza media pechuga partida en dos, un ala, un muslo y una pierna. Con la rabadilla y huacal se hace un caldo que se utiliza en ambas recetas.
POLLO A LA MOSTAZA
Ingredientes Pollo a la mostaza
1/2 pollo cortado en piezas
sal y pimienta
1/2 bote de mostaza Dijon original Maille o 110 gr. de cualquier otra mostaza Dijon.
1/2 taza de caldo de pollo
1 ramita de tomillo
Preparación:
- Sazona el pollo con sal y pimienta
- Fríe las piezas de pollo en una olla caliente con un poco de aceite y mantequilla
- Vacía medio bote de mostaza Dijon sobre el pollo (100 gr aprox.) y unta bien por todos lados
- Regresa a la olla y agrega 1/2 taza de caldo de pollo y una ramita de tomillo.
- Tapa la olla y cocina por 40 minutos a fuego suave.
POLLO AL PEREJIL CON PAPITAS
Ingredientes Pollo al Perejil con papas:
- Medio pollo cortado en piezas
- sal, pimienta y un poco de harina
- 1 taza de perejil picado finito
- salsa inglesa
- 400 gr. de papitas cambray cocidas
Preparacion:
- Sazona el pollo con sal y pimienta. Espolvorea con un poco de harina
- Fríe las piezas de pollo en un poco de aceite a que doren por ambos lados.
- Agrega el perejil picado
4. Rocia abundantemente con salsa Inglesa
5. Agrega las papas cocidas y mezcla bien. Deja que fría un poco todo junto
6. Agrega 1 1/2 a 2 tazas de caldo de pollo. Tapa y deja cocinar a fuego bajo por 40 minutos. Si quieres espesar un poco la salsa puedes diluir 1 cucharadita de maicena en un poco de caldo o agua fría y agregarlo a la salsa.
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