Haciendo cálculos a “ojo de buen cubero”, es muy probable que haya degustado más de cuatro millares de tacos ( si no es que más) a lo largo de mi vida. He probado de todo y en un sinfín de lugares, desde taquerías, loncherías y camiones o “loncheras” hasta en diferentes banquetas, mercados y sin faltar, por supuesto, los preparados en casa.
Ciertos tacos y lugares donde comerlos se van convirtiendo en “favoritos” tatuando en nuestra memoria aromas y sabores que satisfacen nuestros sentidos y el antojo de regresar por más. Sin embargo, y sin querer menospreciar el elaborado procedimiento de los diferentes rellenos de cada uno, para mí, lo que distingue un buen taco de otro, es su salsa.
En las salsas se encuentra el sazón secreto para hacer de cualquier taco una experiencia de sabor extraordinaria.
Las salsas, quienes ocupan un lugar primordial en la gastronomía Mexicana, se preparan de infinitas maneras combinando toda clase de ingredientes y chiles. Las hay frías , calientes, crudas, asadas y cocidas, picosas, no tanto, molcajeteadas o de licuadora… el secreto está en el corazón de cada cocinero y en su propia magia al prepararlas junto con la destreza de saber combinarlas con el platillo adecuado.
Hoy les comparto las recetas de un trio de salsas. salsa de Jitomate y Chile Serrano asados, salsa de Chile de Agua y chile de Árbol con Pepita tostada y salsa de Chile Morita y Ajos tostados. Cada receta la encuentras bajo “Salsas y Aderezos” en mi página.
De las tres, la salsa de chile Morita es la de más larga vida. Yo la he llegado a tener guardada en el refrigerador hasta un par de meses. La de jitomate es la de vida más corta (unos 5 días) y la de chile de agua, unos 10 días.
Salsa de Chile Morita y Ajo tostado. Salsa de Chile de Agua con chile de árbol y Pepita tostada, Salsa de Jitomate y Chile serrano asado
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