Este Domingo se celebra el “Día del padre” en varios lugares del mundo, razón por la cual dediqué esta semana a pensar en el platillo favorito de mi papá para prepararlo en su honor. Pensé y pensé durante días y ¡nada!. El problema es que a mi papá todo le gustaba y comer fue uno de sus grandes gustos en la vida. Por esta razón me resultaba muy difícil decidirme por algo. Sin embargo, “el helado” ocupó en su vida un lugar muy especial. Recuerdo con nostalgia y alegría nuestros paseos de domingo que invariablemente culminaban con una visita a alguna heladería. De mis primeros recuerdos está La Especial de París cuyo helado de vainilla era mi favorito y de donde conocí desde muy pequeña las diminutas semillas de vainilla que le daban un sabor tan distinguido. Chiandoni en la colonia Nápoles y la heladería Bing, recién estrenada en la calle de Extremadura, hoy Eje 7 Sur, fueron otros dos lugares que se unieron a nuestra lista de visitas frecuentes. No hubo viaje que hiciéramos con mi papá en donde no paráramos por las heladerías o fuente de sodas más famosas del lugar. En una ocasión, por ahí del año ’73, hicimos un viaje por la costa este de Estados Unidos en donde nos desviamos un largo rato por los caminos del estado de Pensilvania para dar con una heladería que ofrecía algo único y nunca visto. Una colección inmensa de golosinas y acompañamientos para que cada uno nos preparáramos el helado a nuestro gusto y de donde varios salimos con dolor de estómago de tanto abuso. De este viaje nacieron las tradicionales “Heladadas” organizadas por Mr. Wayne y Olguita en que, con gran ilusión y antojo, cada invitado decoraba su plato de helado haciendo uso de la inmensa selección de deliciosos complementos que adornaban la mesa. Y es por estos recuerdos que hoy celebro la vida de mi papá con un pastel de helado.
Querido Mr. Wayne,
Te has ido, pero tu presencia me sigue acompañando. Hoy doy gracias por tu persona y por la dicha tan grande de haberte llamado papá.
Mi vida junto a tí fue divertida gracias a tu maravilloso sentido de humor. Me hiciste creer que “todo” lo podía, aunque a veces dudara de mi misma. Fuiste el mejor consejero quien tuvo siempre la respuesta o idea genial a todas mis dudas, preguntas o proyectos, y junto a mí te alegraste y enorgulleciste de mis éxitos y conquistas, al mismo tiempo que supiste alegrar mi día en momentos difíciles.
A tu paso sembraste campos enteros de amigos y tu huella amable quedó grabada en el corazón de los que te conocieron y que hoy te siguen recordando con tanto cariño.
Hoy en especial admiro y recuerdo tu notable ética por el trabajo, tu capacidad de madrugar cada mañana con actitud alegre, la virtud de no dejar nada “para mañana” y la impecable puntualidad que siempre te caracterizó y que mantuviste a través de los años a pesar de vivir rodeado de impuntuales. No fuiste persona de sermones o muchas palabras; simplemente tenías el don de saber utilizar la palabra atinada y eficaz en el momento exacto, ya fuera para hacerme reflexionar o matarme de risa.
Recuerdo especialmente aquellos días posteriores al terremoto del ’85 en donde pasamos largos días juntos con muy poco sueño conectando familias a través de tu radio. Una labor de titanes y de absoluta entrega, y a pesar del cansancio, seguiste andando durante días y noches tratando de llevar paz a corazones ajenos.
Ningún apodo te sentó mejor que el de “Energizer Bunny” el cual te acompañó siempre hasta el día que, con gran cansancio, el conejito dejó de andar y tus ojos se cerraron.
Te sigo extrañando y ojalá hubieras podido ser eterno. El cielo esta de fiesta en compañía tuya.
Mr. Wayne, fue un honor y privilegio tenerte en mi vida.
PASTEL DE HELADO DE VAINILLA CON NUEZ TOSTADA Y CARAMELO.
Hace varios años prepare un par de docenas de este pastel para una boda en el Club de Banqueros de la Cd. de México. Cerca de medianoche abrí la puerta del congelador para checar que todo estuviera en orden antes de retirarme a dormir. El pánico me inundó al darme cuenta que un hilo de helado escurría de varios de los moldes… ¡el congelador se había descompuesto! ¿Qué hacer? tenía que pensar rápido. Llamé a Mr. Wayne quien seguramente tendría una idea genial debajo de su manga… y así fué. “consigue hielo seco” – me dijo. Volteamos varias piedras antes de encontrarlo en un bar. Repartimos trozos de hielo entre los moldes del congelador con la esperanza de resolver el problema, y así fue.
Ingredientes
2 lt. (2 quarts) de helado de vainilla
6 Doraditas Bimbo® o 220 gr. (7.7 oz) de “orejitas” o “palmiers”
1 1/2 tazas de nuez (pecans)
1 1/2 tazas de cajeta envinada Coronado® o salsa de caramelo
Preparación
1. Saca el helado del congelador y deja a temperatura ambiente a que se vaya descongelando un poco.
2. Pica la nuez en trozos toscos.
3. Muele las Doraditas con la ayuda de un rodillo. (ver tips # 13) 4. En un sartén a fuego medio tuesta la galleta molida a que dore un poco. Retira
5. En el mismo sartén tuesta la nuez picada a que suelte su aceite y aroma. Retira 6. Mide la cajeta y ponla a calentar en el microondas a que tome una consistencia líquida. 7. En un molde de fondo desmontable de 9″ de diámetro vacía una tercera parte del helado de vainilla
8. Cubre con un tercio de la galleta tostada, un tercio de la nuez tostada, rocía con un tercio de cajeta o salsa de caramelo.
9. Repite la misma operación dos veces más. 10. Mete al congelador por toda la noche. Desmonta en un platón y sirve.
- 2 lt. (2 quarts) de helado de vainilla
- 6 Doraditas Bimbo® o 220 gr. (7.7 oz) de “orejitas” o “palmiers”
- 1½ tazas de nuez (pecans)
- 1½ tazas de cajeta envinada Coronado® o salsa de caramelo
- Saca el helado del congelador y deja a temperatura ambiente a que se vaya descongelando un poco.
- Pica la nuez en trozos toscos.
- Muele las Doraditas con la ayuda de un rodillo. (ver tips # 13)
- En un sartén a fuego medio tuesta la nuez un poco a que suelte su aroma. Retira
- En el mismo sartén tuesta la galleta molida a que dore un poco. Retira
- Mide la cajeta y ponla a calentar en el microondas a que tome una consistencia líquida.
- En un molde de fondo desmontable de 9″ de diámetro vacía la tercera parte del helado de vainilla
- Cubre con un tercio de la galleta tostada, un tercio de la nuez tostada, rocía con un tercio de cajeta o salsa de caramelo.
- Repite la misma operación dos veces más.
- Mete al congelador por toda la noche. Desmonta en un platón y sirve.
Ana Paula says
Que recuerdo al abuelo Wayne, ma. Me encanto.
Chef Maca says
Gracias Ana Pau, fue un gran ejemplo de vida