Hoy es día de mercado, y en el puesto de “mis parientes” que así les llamo porque compartimos el mismo apellido, encontré en la mera entrada a unas alcachofas que andaban de ofrecidas con todo aquel que pasaba enfrente.
Con cuidado y para no espinarme con sus uñas puntiagudas, revisé que sus hojas estuvieran lisitas por dentro (como me gusta) además de bien formadas y apretadas una con otra como si estuvieran bailando un danzón cubano y mientras escojo las más bonitas, me sonrío al recordar la anécdota de Fer y la alcachofa.
Era Domingo y mi papá nos había invitado a todos a comer a un restaurante hermoso en Cuernavaca, Morelos para celebrar que acabábamos de regresar de Inglaterra en donde habíamos vivido tres años. Fernanda tenía escasos cinco añitos y pedimos una silla alta para que pudiera sentarse a la mesa.
Llegaron los elegantes menús y en una tarjeta escrita con impecable letra cursiva se mostraban los especiales del día encabezados por la “Alcachofa del Huerto con vinagreta al Jerez”.
Mi mamá, Enrique y yo pedimos cada uno la nuestra y cuando el mesero preguntó: “¿Y que va a comer la nena?” No había acabado de hacer la pregunta cuando Fer le dice: “Aca-chofa”.
A Olguita se le hicieron los ojos de plato, y sugirió a su nieta mil otras opciones del menú que le parecían más adecuadas para la niña, pero la chiquita de voluntad recia se mantuvo firme en su decisión y nadie pudo convencerla de lo contrario.
“No te preocupes Ma, lo que quede de la alcachofa nos lo repartimos” – le dije.
Llegaron las alcachofas a la mesa y con mucha paciencia y delicadeza, Fernanda empezó a desprender hoja por hoja mientras iba raspando con sus dientecitos la pulpa de cada una de ellas y luego acomodando las “usadas” en torrecitas a la orilla de su plato.
Los demás empezamos a comer nuestro plato principal sin quitarle el ojo de encima, mientras que ella seguía disfrutando inmensamente de aquel ritual. Olguita se empezó a poner nerviosa pues las hojas se iban haciendo delgadas como velos mientras que Fer seguía bien concentrada en su plato. Y entonces llegó el momento en que la abuela ya no pudo más y le preguntó a Fernanda si le dejaría probar el corazón, a lo cual le respondió: “No abela, eso es lo mas dico”
Y para todos aquellos a los que les encantan las alcachofas, aquí les comparto una receta que estoy segura se va a convertir en favorita de su casa.
ALCACHOFAS ASADAS CON ADEREZO DE QUESO PARMESANO Y LIMÓN
Ingredientes
- 4 Alcachofas frescas
- Aceite virgen de oliva
- Aceite de oliva aberquina al humo de roble (opcional)
- Sal de mar
Procedimiento
1. Limpia las alcachofas.
Desprende con los dedos la fila de hojas cercanas al tallo. Con un cuchillo filoso corta el tallo y la parte superior de la alcachofa y con las tijeras corta la punta superior de las hojas.
2. Coloca las alcachofas en un colador sobre una olla con agua hirviendo y una pizca de sal. Tapa y baja el fuego a bajito. Deja cocinar de 25 a 30 minutos o hasta que puedas desprender una hoja con facilidad. 3. Retira el colador de encima del agua caliente y deja que las alcachofas reposen tapadas hasta que alcancen temperatura ambiente.
4. Con un cuchillo de muy buen filo corta las alcachofas por la mitad. Presiona con una cucharita entre los pelitos y el corazón y con cuidado retira los pelitos y hojas filosas del centro hasta dejar una cavidad limpia. (Hasta aquí se pueden preparar las alcachofas uno o dos días antes de que se vayan a asar) Para servir las alcachofas:
5. Rocía las alcachofas con un poco de aceite de oliva y colócalas sobre un asador caliente un ratito de cada lado a que se marquen bien y se tuesten las puntitas de las hojas.
6. Coloca las mitades de alcachofa asada en un platón y rocía con aceite puro extra virgen de la mejor calidad. Yo utilicé un extraordinario aceite de oliva de aberquina al humo de roble de Castillo de Canena que me trajo mi querida sobrina Lilia Georgina de Barcelona cuando vino de visita y que me da un enorme gusto saber que ahora podré conseguirlo por internet.
Rocía con un poco de sal de mar y sirve con aderezo de queso parmesano y limón.
ADEREZO DE PARMESANO Y LIMON
Ingredientes
- 1/2 taza de mayonesa
- 1/4 taza de queso parmesano rallado fino
- 3 cucharadas de jugo de limón
- 2 cucharadas de aceite
- pimienta negra recién molida
- Sal al gusto
Combina en un frasco todos los ingredientes y agita bien. Prueba y rectifica el sazón de ser necesario.
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- Ingredientes
- Alcachofas frescas
- Aceite virgen de oliva
- Aceite de oliva aberquina al humo de roble (opcional)
- Sal de mar
- Limpia las alcachofas.
- Desprende con los dedos la fila de hojas cercanas al tallo. Con un cuchillo filoso corta el tallo y la parte superior de la alcachofa y con las tijeras corta la punta superior de las hojas.
- Coloca las alcachofas en un colador sobre una olla con agua hirviendo y una pizca de sal. Tapa y baja el fuego a bajito. Deja cocinar de 25 a 30 minutos o hasta que puedas desprender una hoja con facilidad.
- Retira el colador de encima del agua caliente y deja que las alcachofas reposen hasta que alcancen temperatura ambiente.
- Con un cuchillo filoso corta las alcachofas por la mitad. Presiona con una cucharita entre los pelitos y el corazón y con cuidado retira los pelitos y hojas filosas del centro hasta dejar una cavidad limpia. (Hasta aquí se pueden preparar las alcachofas uno o dos días antes de que se vayan a servir)
- Rocía las alcachofas con un poco de aceite de oliva y coloca sobre un asador caliente un ratito de cada lado a que se marque bien y se tuesten las puntitas de las hojas.
- Coloca las mitades de alcachofa asada en un platón y rocía con aceite puro extra virgen de la mejor calidad. Yo utilicé un extraordinario aceite de oliva de aberquina al humo de roble de Castillo de Canena que me trajo mi querida sobrina Lilia Georgina de Barcelona cuando vino de visita y que me da un enorme gusto saber que puedo conseguirlo por internet.
- Salpica con un poco de sal de mar.
- Sirve con aderezo de Queso parmesano y limón.
- ½ taza de mayonesa
- ¼ taza de queso parmesano rallado fino
- 3 cucharadas de jugo de limón
- 2 cucharadas de aceite
- pimienta negra recién molida
- Sal al gusto
- Mezcla todos los ingredientes y agita bien en un frasco tapado. Prueba y rectifica el sazón de ser necesario.
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