Hace unas semanas Enrique y Ricardo volvieron a encontrarse en la ciudad de México para celebrar un día muy especial; La boda de Rich. Un par de primos que aunque la vida los llevó a vivir a distancia, desde que se conocieron escogieron quererse como hermanos.
Ricardo y Enrique nacieron a dos semanas de distancia en el año chino del Dragón. En muy poco tiempo, descubrieron no solo que eran vecinos y vivían uno frente al otro, sino también lo divertido que la pasaban cuando estaban juntos.
Desde muy chiquitos, recuerdo a Enrique haciéndome señas para que lo cargara y poder buscar a su primo a través de la ventana . No era necesario que hablara para saber que lo que quería era pasarse todo el día con Ricardo.
El vivir uno frente al otro facilitó la cercanía y convivencia en sus primeros años. Claro, que mientras fueron muy pequeños, las mamás tuvimos un buen control del tiempo y horario que dedicaron a jugar y estar juntos. Sin embargo, este “buen control” duró muy poco, pues en menos de lo que canta un gallo aprendieron a caminar y descubrieron las diversas maneras de “darse a la fuga” para pasar el mayor tiempo juntos.
Llamadas de teléfono iban y venían cada día entre ambas casas avisando de la “visita” espontánea del hijo desaparecido, o bien, preguntando sobre el paradero del hijo no encontrado e invariablemente se confirmaba que donde estaba uno, estaba el otro.
El “protocolo” dictaba (con excepción de una que otra vez) que cada uno debía comer en su casa. Para Ricardo esta regla no representó gran problema, pues rara vez chistó. Sin embargo, para Enrique fue motivo de gran frustración más de una vez. No había explicación convincente, promesa atractiva o idea ingeniosa que lograran hacerlo dejar de insistir, y era entonces que su tía Lilia hacía uso del “As” guardado debajo de la manga que siempre funcionaba como arte de magia. Bastaba invitarlo y decirle que ese día comerían FRIJOLES para que en ese momento Enrique dejara de insistir, diera media vuelta y caminara de regreso a casa cual víctima de un hechizo.
Siendo aún muy pequeños, Enrique y Ricardo tuvieron que separarse, pues la vida nos llevo a radicar en el extranjero. Dejaron de vivir uno frente al otro y durante mucho tiempo se extrañaron, pero en el corazón quedaron tatuados los recuerdos, travesuras y los tiempos que vivieron, jugaron, rieron y compartieron juntos.
..Y con el suspiro de los años, los primos se hicieron grandes, la distancia se hizo más corta, el cariño prevaleció y los frijoles perdieron su poder, pues no sólo llegó el día en que Enrique volvió a probarlos, sino que el odio se convirtió en amor.
Y acordándome de la anécdota de los frijoles, hace unos días se me antojó preparar unos frijoles charros para acompañar una carne asada. No contaba con el tiempo ni la paciencia para cocer los frijoles, así que decidí utilizar frijoles Bayos enteros de lata. No solo me ahorré un montón de tiempo, sino que quedaron muy buenos y descubrí una manera más práctica de prepararlos la cual he decidido adoptar.
Para esta receta es importante usar un chorizo de puerco de buena calidad (como el cantimpalo, por ej.) o bien, una buena longaniza, pues del sabor del chorizo dependerá en gran parte el buen sabor de tus frijoles. El chicharrón de puerco es opcional.
FRIJOLES CHARROS CON PIQUETE
Ingredientes
- 1 cucharada de aceite
- 3 chiles de árbol secos
- 1/2 cebolla mediana picada fino
- 100 gr. (3.5 oz) de tocino ahumado picado
- 2 dientes de ajo pelados y prensados o picados muy finito
- 100 gr. (3.5 oz) de chorizo de cerdo o longaniza
- 2 jitomates medianos (bola) picados
- 2 latas de 560 gr (19.7oz) de frijoles bayos o pintos enteros
- 1 taza de cerveza clara
- 1 cucharada de tequila blanco o reposado
- 35 gr. (1.2 oz) de chicharron de puerco (opcional)
- 6 ramitas de cilantro picadas finito
Procedimiento
1. Calienta la cucharada de aceite en una olla mediana honda a fuego medio. Cuando este caliente, agrega los chiles de árbol enteros y limpios y fríe girando con una cuchara a que esponjen y suelten su aroma. Esto toma un par de minutos. No deben quemarse para evitar que amarguen. Retira los chiles y apártalos para agregarlos después.
2. Agrega el tocino picado y mueve bien a que empiece a soltar su grasita.
3. Agrega la cebolla picada y deja sancochar un ratito hasta que empiece a verse transparente. Añade los ajos prensados o picados finito y mueve bien a que suelten su aroma.
4. Agrega el chorizo o longaniza y mueve muy bien con una cuchara a que se fría parejo (unos 5 minutos)
5. Agrega el jitomate picado y mezcla bien todos los ingredientes. Tapa la olla y deja que se cocine todo por unos 10 minutos moviendo de vez en cuando hasta que se forme una mezcla caldosa.
6. Se agregan las dos latas de frijoles enteros con todo y su caldo.
7. Limpia los restos de cada lata con un chorrito de agua y agrégalo a los frijoles.
8. Agrega la taza de cerveza y el tequila y deja que suelte el hervor. Añade el chicharrón y los tres chiles de árbol dorados. Reduce la lumbre a bajito y tapa la olla. Deja cocinar otros 15 minutos hasta que desaparezca la espuma de la cerveza por completo.
9. Agrega el cilantro picado y deja hervir otros 5 a 7 minutos más con la olla destapada. Checa el sazón y agrega un poco de sal de ser necesario.
- 1 cucharada de aceite
- 3 chiles de árbol secos
- ½ cebolla mediana picada fino
- 100 gr. (3.5 oz) de tocino ahumado picado
- 2 dientes de ajo pelados y prensados o picados muy finito
- 100 gr. (3.5 oz) de chorizo de cerdo o longaniza
- 2 jitomates medianos (bola) picados
- 2 latas de 560 gr (19.7oz) de frijoles bayos o pintos enteros
- 1 taza de cerveza clara
- 1 cucharada de tequila blanco o reposado
- 35 gr. (1.2 oz) de chicharron de puerco (opcional)
- 6 ramitas de cilantro picadas finito
- Calienta la cucharada de aceite en una olla mediana honda a fuego medio. Cuando este caliente, agrega los chiles de árbol enteros y limpios y fríe girando con una cuchara a que esponjen y suelten su aroma. Esto toma un par de minutos. No deben quemarse para evitar que amarguen. Retira los chiles y apártalos para agregarlos después.
- Agrega el tocino picado y mueve bien a que empiece a soltar su grasita.
- Agrega la cebolla picada y deja sancochar un ratito hasta que empiece a verse transparente. Añade los ajos prensados o picados finito y mueve bien a que suelten su aroma.
- Agrega el chorizo o longaniza y mueve muy bien con una cuchara a que se fría parejo (unos 5 minutos)
- Agrega el jitomate picado y mezcla bien todos los ingredientes. Tapa la olla y deja que se cocine todo por unos 10 minutos moviendo de vez en cuando hasta que se forme una mezcla caldosa.
- Se agregan las dos latas de frijoles enteros con todo y su caldo.
- Limpia los restos de cada lata con un chorrito de agua y agrégalo a los frijoles.
- Agrega la taza de cerveza y el tequila y deja que suelte el hervor. Añade el chicharrón y los tres chiles de árbol dorados. Reduce la lumbre a bajito y tapa la olla. Deja cocinar otros 15 minutos hasta que desaparezca la espuma de la cerveza por completo.
- Agrega el cilantro picado y deja hervir otros 5 a 7 minutos más con la olla destapada. Checa el sazón y agrega un poco de sal de ser necesario.
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